Hoy vengo a compartirles una técnica que ha salvado miles de paredes de sufrir más perforaciones de lo necesario.
Todos hemos estado ahí: colgamos un cuadro solo para darnos cuenta de que está muy alto o muy bajito, y terminamos haciendo uno o varios huecos nuevos hasta que logramos colgarlo donde queríamos.
A raíz de este problema, los expertos en arte desarrollaron la regla de los 145 centímetros.
Esta regla dice que el centro de la obra de arte debería estar a 145 centímetros del suelo.
Con esta regla, las galerías de arte y los diseñadores de interiores se aseguran que las obras de arte estén al nivel de los ojos. Esta regla es particularmente útil para espacios con obras de diferentes tamaños pues da una sensación de equilibrio y balance.
Pero, como todas las reglas, esta se puede romper en ciertas ocasiones. Por ejemplo, si el cuadro va a ir encima de un mueble, se recomienda dejar entre 20 y 25 centímetros entre el borde del mueble y el del cuadro.
Otras excepciones se pueden dar con obras muy grandes que deben colgarse con más altura, o con espacios pequeños en donde funciona muy bien sorprender con combinaciones de varios cuadros juntos.
Por último, cada persona debe establecer cuál es el nivel de sus ojos con el que se siente cómodo. Los 145 centímetros son simplemente un punto de partida.
